El campo

-¡Síganme!

Anunció la guía a los turistas que aquel día depositó el autocar en medio del camino.

Nosotros quedamos estupefactos.
¿Qué podían encontrar en esa carretera que cada día recorríamos camino de la escuela para poder aprender con otros las primeras letras?

Mamá, tiró de nosotros y nos dijo:

Que eran gentes de asfalto, sobradas de dinero y carentes de vida.
Que el campo empezaba a ser un bien escaso.
Que éramos pocos, los que disfrutábamos de poder poner nuestros pies en el barro.

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