Cruce

Acelerada, tomó las llaves y salió de la casa dando un portazo.
Salió del garaje con impaciencia. La portezuela no acababa de abrirse.
Un transeúnte, que se cruzó con ella, casi cayó.
Se lanzó en dirección norte, saltándose los semáforos en rojo.
Fue dejando una estela de recriminaciones e innombrables voces.
Al fin, soltó el pie del acelerador y frenó en seco.
Ante tantas señales, dudó.
No sabía en qué dirección.

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